Una mujer denunciada por ir por la calle con una mesa (III)

Finalmente, el miembro de seguridad del estado se apiadó de la señora tras percatarse del estado mental de sus dos hijos, de 23 y 24 años respectivamente, y, el alcalde, que es más pillo que las ratas, aprovechó el momento de confusión para invitar a todo el pueblo (tampoco eran tantos) y al señor guardia a un picnic con paella gigante, concurso de gachasmigas, carrera de cintas y lanzamiento de azada en el Salto de la Novia, sofocando asi la rebelión que al final quedó en nada.

El perro, conmovido con este final feliz, se quedó dormido en medio de la Calle Mayor sumiendo al pueblo en el mayor caos de su historia, un atasco de dos coches, que en realidad, estaban alli de paso porque iban a comer a "El Sordo" de Ricote, que alli se come bien.

Sin más dilación despido la conexión, para buscar un palo en condiciones y una bici para participar en la carrera de cintas, que el primer premio es un jamón.