Lecciones sobre el amor, las mujeres y la copulación heterosexual (1): ¿Cómo saber lo que siente una mujer por ti?

Durante toda la historia, los hombres, incluidos los fenicios, han tenido que conformar sus ansias de saber los sentimientos de la mujer que tenían al lado con sus palabras. ¿Cuántas veces nos habrá pasado ésto?:

“- Hombre tras copular: Oye, estoy que hay entre nosotros... ¿Qué es para ti? Simplemente somos dos personas compatibles en la cama sin ningún tipo de relación o sentimiento diferente al simple vicio, ¿no?
- Mujer: Por supuesto, yo soy una chica liberal, independiente que no quiere relaciones ni novios.

Y 15 días después te regala, sin motivo, un jersey de pico y quiere que vayas a comer a su casa con sus padres.”

Señores, ¡esto no tiene porque volver a pasar! Creer las palabras de una mujer, en este tema, es más que un acto de fe, y creo, que un tema tan importante como es “el copular” no podemos dejarlo en manos de la fe.

En esta lección de hoy aprenderemos la forma mediante la cual sabremos sus intenciones con la suficiente anterioridad. Este método se llama “El cachiporrazo” y parte de una premisa:
<”El cachiporrazo” funciona exclusivamente en relaciones heterosexuales maduras no estrechas en las que el sexo oral es natural, e incluso, obligatorio. A ellas les gusta hacerlo y que se lo hagan y a nosotros que nos lo hagan.>

Expuestas todas las bases pasemos a desarrollar la teoría:

Utilizaremos “El cachiporrazo” cuando la chica que queremos analizar esta practicándonos sexo oral con el vicio y la intensidad que hemos supuesto en la premisa. No debe hacerse demasiado pronto ni, obviamente, demasiado tarde. Cuando llegue ese momento de intensidad suficiente procederemos a coger el miembro con firmeza y a darle en la “trompa” a la susodicha, que lo sienta pero que no le duela. Según la reacción de ella sabremos tanto sus intenciones como sus sentimientos pudiendo actuar de tres formas:

a) Si pone mala cara y muestra desagrado: es una estrecha, da igual lo que sienta ella: DEJALA.
b) Si se pone más cachonda y se lanza al manubrio como una descosida: es una viciosa y aún es muy aprovechable: CONTINUA CON ELLA.
c) Si te sonríe cual niño con una florecilla y continua tal cual: se esta enamorando, es peligrosa: DEJALA.

Qué conste, que esto no quiero que se vea como una declaración machista, ni en mis intenciones está la de degradar a la mujer, simplemente es una herramienta que necesita el hombre para poder luchar contra las frases femeninas que, sin querer, emiten las mujeres, contrarias a sus propios sentimientos.
Quiero remarcar que este método no es aplicable al contrario, todo hombre siempre responde con la b) cuando una mujer le da algún golpe. Siento no ofrecer, de momento, la solución para el problema reciproco.

Para terminar, y como celebración de que éste, es mi primer post con ustedes, y que, además, coincide con que hoy es mi cumpleaños, pincharé un barril de cerveza el viernes en botellón. Estáis todos invitados.

Os quiero.