La Mega Drive de Danone (sic)

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Son muy pocos los blogs que sigo. "Sólo otro blog infame" es uno de ellos. Y lo hago porque publican cosas como ésta:

La Mega Drive de Danone

Co­rría el ve­rano del año 95 y Sega aca­ba­ba de sacar su nueva con­so­la, la Sa­turn, en Es­pa­ña. Re­cuer­do que me pa­sa­ba el día tra­tan­do de con­ven­cer a los ami­gui­tos de clase que se es­pe­ra­sen a la con­so­la de Sony (la PlayS­ta­tion, que aún no es­ta­ba en el mer­ca­do) por­que, según yo, tenía mucho mejor pinta que la de Sega. Opi­nión que me había for­ma­do al ver una sim­ple foto de cada una en el ar­tícu­lo de una re­vis­ta que ron­da­ba por casa, lo que se dice un ra­zo­na­mien­to me­di­ta­do pero que no tardó en con­fir­mar­se como acer­ta­do.

Total, que para hacer pu­bi­li­ci­dad de la Sa­turn y de la Mega Drive II, Sega lazó una pro­mo­ción con Da­no­ne con la que ganar cada una de las con­so­las com­pran­do pa­que­tes de 8 yo­gu­res de fru­tas (los más bá­si­cos). La cosa fun­cio­na­ba de la si­guien­te forma, cada car­tón de yo­gu­res tenía por su cara in­te­rior un re­cua­dro tipo rasca y gana (de esos de pin­tu­ra me­ta­li­za­da, de 1 x 1 cm apro­xi­ma­da­men­te) tras el que se en­con­tra­ba una letra, si reunías las le­tras para for­mar la pa­la­bra SA­TURN o DRIVE la res­pec­ti­va con­so­la era tuya.

En aque­lla época en mi casa se com­pra­ban siem­pre esos yo­gu­res así que en poco tiem­po me en­con­tré con un mon­tón de le­tras, mu­chas de ellas re­pe­ti­das, sin haber te­ni­do que po­ner­me pe­sa­do para que se com­pra­sen esos yo­gu­res en lugar de otros más ba­ra­tos. Pero pese a la re­pe­ti­ción de le­tras poco a poco una pa­la­bra se em­pe­za­ba a for­mar en el cuen­co de la co­ci­na en la que los iba­mos guar­dan­do, y es que tenía las le­tras D, R, I y E ali­nea­das cual Scrab­ble. Sólo me fal­ta­ba la V para ha­cer­me con una Mega Drive, con­so­la que siem­pre había desea­do (para la Sa­turn ne­ce­si­ta­ba le­tras por todas par­tes).

El caso es que el ve­rano fue pa­san­do, las cajas de yo­gu­res fue­ron ca­yen­do una tras otra y la V, ló­gi­ca­men­te, no apa­re­cía por nin­gu­na parte. Hasta que llegó el día D, o de­be­ría decir día V. Mi madre subió un pa­que­te de yo­gu­res aler­tán­do­nos de que era el úl­ti­mo que que­da­ba en el su­per­mer­ca­do, la pro­mo­ción ven­cía en un par de se­ma­nas y las nue­vas re­me­sas ya no traían le­tras para ras­car, eran ya en­va­ses nor­ma­les. La úl­ti­ma opor­tu­ni­dad. Al oír el tema mi her­ma­na vino co­rrien­do para pre­sen­ciar el desen­la­ce y me “pidió” ser ella la que ras­ca­se esa úl­ti­ma opor­tu­ni­dad, a modo de “sopla los dados prin­ce­sa” de ca­sino de Las Vegas. Yo no tenía nada que per­der, o eso creía, así que le cedí los ho­no­res como buen her­mano.

Mi her­ma­na cogió una mo­ne­da, creo que era de 100 pelas, y rascó el cua­dra­di­to pla­tea­do de forma muy enér­gi­ca, sin darse cuen­ta de que el car­tón venía bas­tan­te re­blan­de­ci­do por la hu­me­dad de la cá­ma­ra re­fri­ge­ra­do­ra del su­per­mer­ca­do. Os po­déis ima­gi­nar el resto, el car­tón se le­van­tó por la mitad, parte quedó con el cua­dra­do pla­tea­do arra­sa­do, otra parte di­rec­ta­men­te con el car­tón gris de de­ba­jo y la parte que mos­tra­ba la letra quedó des­tro­za­da, per­fo­ra­da en parte, con otra parte en el car­tón, otra caída en la mesa y otra parte pe­ga­da a la mo­ne­da. Con in­su­fi­cien­te con­sis­ten­cia como para poder meter la letra en un sobre y man­dar­la con el resto de le­tras al apar­ta­do pos­tal co­rres­pon­dien­te para re­cla­mar el pre­mio pero sí con la su­fi­cien­te como para que su­pié­ra­mos la letra que había sa­li­do que, como no podía ser de otra forma, era la puta V.

Re­cuer­do que me quedé un buen rato mi­ran­do los des­per­di­ga­dos res­tos de la V como el que ob­ser­va que una riada se le lleva el coche calle abajo, sin poder hacer nada (no había forma de re­cons­truir el tema) mien­tras decía adiós a Sonic (que ilus­tra­ba las cajas, por cier­to). Aún no me ex­pli­co como no lloré aquel día, joder, si es que lo pien­so ahora y prác­ti­ca­men­te se me sal­tan las lá­gri­mas, pero es que yo de cha­val era más duro.

Y esto sería todo, una his­to­ria de per­de­do­res de las que te re­cuer­dan cual es tu papel en el mundo y que pro­ba­ble­men­te tiene algo que ver con que tenga tanta ti­rria a la gente de Da­no­ne.

vía: http://solo.infames.org/la-mega-drive-de-danone/

8 comentarios:

ESQUELETOR84 dijo...

Yeah, genial yo crei que eso de reunir las letras solo funcionaba en las peliculas.
Esta claro que una historia asi puede romper una familia, en cualquier caso hoy dia puedes comprar una megadrive por 12 € asi que ya no tiene sentido llorar.

Unown dijo...

Gracioso pero copiado.

Anónimo dijo...

Copiado pero gracioso

Jambo_Jambo dijo...

gracioso al fin y copiado hasta el cabo.
pd:yo una vez junte 50 tapaderas de danone y me gané el danone world football

http://img175.imageshack.us/img175/8016/danonerq3.jpg

pd:con el cambio de imagen se jodieron los comments de MLS, no es decente que haya tenido que escribir la url letra a letra!!!

Miche dijo...

A mi me paso una anécdota parecida, fue con una colección de los Masters del Universo de esas que daban en la puerta de los colegios, los cromos salían en los chicles, Había dos premios, si lo rellenabas todos a falta de uno, el premio era un muñeco y si lo rellenabas todo por completo el premio era El Castillo de GreysKull. Por supuesto los dos últimos cromos nunca salían, pero resulta que no muy lejos de donde vivíamos había una imprenta donde casualmente se dedicaban a hacer los dichosos cromos y conseguí uno de los dos que nunca salían (Triclops) entre los restos de la basura de aquella imprenta, estaba algo defectuoso (imagino que por eso lo desecharon), el otro cromo doy por sentado que no se fabricaba y que el castillito nunca seria mío.

En otra colección de cromos de Monstruos, la cual regalaban un reloj de los tranformersi, en uno de los sobres me apareció el ultimo de los cromos. Andaba yo tan feliz con mi madre por el pueblo, lucia mi kimono de taekwondo, sosteniendo y feliz y victorioso el dichoso de los cromos, en una de las tantas veces que alce la mano para volver a enseñar el cromo a mi madre, de repente me sorprendió una ráfaga de aire, y el cromo echo a volar pasando al otro lado de la carretera. Fue a caer a un solar que estaba lleno de matorrales y malas hiervas, una hora buscando el put.. cromo, yo insistía a la mía mama que teníamos que encontrarlo (pues mi orgullo y ganas de lucir ante los colegas el reloj de los coj... era enorme) desistimos la labor. Por causas del destino al intentar salir del solar tropecé y caí en uno de los arbustos, allí estaba el cromo. Cambie el álbum en el quiosco y me abonaron mi reloj, el cual se puede ver en una de las foticos Tuenti en blanco y negro de en las que salimos los macuarrones.

Slater dijo...

ni mas me creo su historieta pendejo; fijaste bien por si la letra era una b?

Piche dijo...

ah pues yo juegaba con figuras de heman y gustaba de tocarle el carajo al rubito; acusenme de amujerado si lo desean

macuoren dijo...

Miche (a.k.a. Piche xD) creo que te refieres a esta foto ¿no?

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