Ni de ellas...

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Hoy lo traigo fresquito de mi córtex prefrontal; normalmente me espero un día o dos para madurar la idea, pero esta vez voy a evitar los prolegómenos y pasar directamente a la acción. Hoy traigo una realidad antigua como la Muerte, y necesaria como la salsa barbacoa junto a los aros de cebolla: la VIDA en PAREJA. No, esta vez no pondré links en las palabras, porque estoy en el Notebook de mi madre y el ratón está como para robar panderetas; no, esta vez confiaré en mi escrito y que sea lo que Cthulhu quiera.

Esta vez seré paritario; hoy pillan tanto ellos como ellas. Por supuesto, empiezo por la parte guapa (en la que ellas pillan), y otro día, ya con más tiempo si eso, investigaré EL OTRO LADO. Así, os mostraré a todos métodos y líneas de acción para hacer frente a diferentes situaciones cotidianas de la vida en pareja. Leed con atención, porque ésta es vuestra primera lección útil acerca de...

...VUESTRA VIDA EN PAREJA

PARTE I. ELLAS Y VOSOTROS

1. Armarios empotrados: llenarlos más fácil que hacerlos.

Realidad universal. Acostúmbrate a pensar en ella como un gas ideal, pues así se va a comportar, expandiéndose hasta ocupar todo el espacio libre que haya en los armarios. Si tenéis trastero, entonces la situación será ya desesperada: mientras haya ropa o paquetes en él, necesitará comprimir las cosas -TUS cosas- de los armarios para dar cabida a todo ese material, antaño inútil, que ahora se ha convertido en pieza indispensable de su ropero -aquel jersey psicodélico de los ochenta tardíos que no se ha puesto en la vida- o de su maquinaria de cocina -la picadora que le regaló su madre, y que guardó allí porque YA TENÉIS TRES-. La solución está en la previsión: cuando os den los planos de la casa, escoge aquel piso que tenga más tabiques y pilares maestros, para así truncar sus planes en el futuro; no sólo eso, convéncela para que crea que el piso lo ha elegido ella, o habrás de soportar improperios cada vez que se compre un vestido nuevo (cada dos semanas, aproximadamente). Si en su día no tomaste estas precauciones, considérate jodido. En última instancia, puedes quemar la casa y empezar de cero.

2. Pedirle opinión a él: una manera de afianzar tu voluntad.

Te puedes dar por jodido desde ya. Pocas escapatorias airosas a esta situación existen, y todas ellas requieren de una preparación cognitiva y psicológica muy superior a la disponible para la mayoría. Si llega el radical supuesto en que ella te pide consejo para elegir un restaurante, no te engañes: no es una pregunta; es una prueba de temple y recursos que muy pocos logran superar. Sólo hay una respuesta correcta, y obviamente no es ninguna de las que a ti se te pasan por la cabeza. Si estás muy desesperado, puedes probar suerte; en este caso, ella fruncirá los morros y te hará saber o te comunicará su desagrado y su idea -obviamente- mejor. Sólo al alcance de los más curtidos está el éxito: has de internarte en su psicología y decir las palabras exactas. Malísimas respuestas son "Donde tú quieras, mi vida", "Pues no sé", o "A mí me da igual". Ella dirá algo del tipo de "Pues no sé por qué siempre tengo que elegir yo", o se encerrará en su burbuja, imposibilitando cualquier posibilidad de comunicación o -peor aún- de sexo. No. La respuesta correcta es, cómo no, un engaño a los sentidos: "¿ómo se llamaba aquél en el que comiste tan bien...? Sí, ése que me dijiste que querías volver... ¿Cómo era...? Lo tengo en la punta de la lengua..." Ella te dirá uno. Inmediatamente di "Ése no, era otro...". Así tendrás otra posibilidad para la próxima vez que ella te pregunte. Ella dirá otro, éste es el tuyo -recuerda responder con fuerza y expresión de alivio-. Has salido airoso y has logrado información vital para la próxima vez que llegue el estado de alerta.

3. Salir a pasear: prueba de resistencia. Compra o muere.

Una prueba física de durabilidad. Utiliza tu ingenio cada cierto tiempo para recobrar aliento mientras das una imagen tierna y romántica. Tiendas de animales o zapaterías son opciones muy satisfactorias, que te darán un valioso respiro antes de continuar la prueba. Si estás realmente desesperado, puedes parar en una floristería a comprarle una rosa, o una docena si quieres, además, entorpecer su paso para ganar algo de ventaja añadida; nunca compres algo voluminoso y/o empaquetado: recuerda su máxima "Yo lo elijo, tú lo llevas". Una vez comprada la rosa, puedes parar en múltiples bancos para sentarla junto a ti con las manos entrelazadas y mirarla a los ojos un buen rato. No olvides recordarle que lo haces para admirar lo bonita que está cada vez que uses este truco.

4. Mando a distancia: el gozo del poder.

Piensa. Ella coge el mando porque quiere evitar a priori que pongas la película de Chuck Norris que ponen en Antena 3. Vale, te vas a tragar durante media hora Mira Quién Baila, o Corazón de Invierno. Pero ella se dormirá en el sofá a los 20 minutos. Será tu momento para poner la ansiada película. Mucho mejor eso que ver Delta Force con sus bufidos de fondo. Aunque, bien pensado, mucho mejor que ver Delta Force, y punto. Pero tienes que hacer prevalecer tu hombría...

5. Hora de la cita: cifras orientativas.

En realidad ya lo sabías. Siempre lo has sabido. Si quedas a las nueve con ella en el restaurante, SABES que no va a estar allí a esa hora. Y, sin embargo, caes una y otra vez en su trampa. ¿Cuándo vas a aprender? La respuesta es: NUNCA.

Pero no desesperes. Para ti, amigo, tengo la solución:

i) No reserves mesa.

ii) Queda con ella a las 9 en el restaurante.

iii) Ve directamente a su casa a las 9:30. ella se estará "arreglando".

iv) Dile como excusa que llevas esperando un rato en el restaurante y estabas preocupado por ella.

v) Saldréis a las 10 de casa.

vi) Llegaréis a las 10:30 al restaurante. "Es culpa de estos tacones", dice ella.

vii) No os darán mesa. "Ya hemos cerrado cocina"

viii) Plan alternativo: a casa a follar. ¡CONSEGUIDO!

6. Desconocidas: maniquíes andantes.

Está bien claro: cualquier desconocida de cuerpo exuberante que aparezca por la misma acera que vosotros es un elemento agresivo y como tal tiene que ser criticado. Eso es un hecho inevitable, hecho y consecuencia. Sin embargo, es tu deber cumplir tu parte para evitarte males mayores. He aquí lo que debes hacer:

i) Ante la pregunta "¿Has visto a ésa?", debes fingir confusión y responder rápidamente "¿A quién?". NUNCA, repito, NUNCA se debe decir "No", ella lo espera y sabrá que mientes, ella huele el miedo y la líbido, te encuentras ante un instinto cancerbero aguzadísimo.

ii) Cuando comience a despotricar de ella, cierra la boca; es lo mejor que puedes hacer. Recuerda: cuanto menos hagas, menos la cagarás.

iii) Dale siempre la razón, sólo cuando ella pida tu opinión.

iv) La frase "Tú eres la única que atrae mi mirada" puede parecer una tontería, pero funciona. Recuerda que en estas situaciones ella sólo responde a estímulos básicos, las cursiladas harán mella.

7. Conocidas: putas todas.

Toda mujer que se te acerque a menos de cinco metros es un enemigo en potencia, y la bronca te la vas a llevar tú. Solución para esto: NINGUNA. Te jodes y a tragar.

8. Amigos: inofensivos y/o gays.

Sí. Por supuesto, el punto anterior no es reversible. Lo dicho, te jodes y a tragar.

9. El período y la jaqueca: epidemias.

Increíble, ¿verdad? Tú la mantienes saludable con tus delicias culinarias ("Cariñooooo, hoy hago yo la cena, ¿dónde está la cocina?"), y en el momento en que le deleitas con tu exuberante cortejo pre-acto sexual, aparecen los dos males más destructivos y frustrantes a los que jamás te hayas podido enfrentar. El período es fácilmente predecible (el de verdad, al menos), pero si a ella se le pone en los ovarios que hoy no te comes un rosco, no tienes absolutamente nada que hacer. ¡Cinco contra uno!

...Siempre la puedes drogar, no sé...

10. Mi chico: fontanero, peón, escayolista y carpintero. IKEA y Bricomanía.

¿Fe en ti o racanería? Nunca estarás seguro, amigo mío. Pero asúmelo. Tendrás que aprender a arreglar retretes, montar estanterías, lijar mesas, cambiar los putos manguitos del lavabo, y todo con ella detrás dándote indicaciones. "¿Seguro que eso va así?". NO, CLARO QUE NO, tremendísima cabrona. Soy un puto funcionario al que tienes trabajando como peón por una puta limonada y un rato de cariños luego en el sofá a la hora de la sobremesa. Como no te sale de los ovarios llamar a un maldito fontanero de verdad, ahora nos arriesgamos a que nos llueva mierda por la ducha, pero tengo que hacerlo o me tendrás sin echar un polvo EL RESTO DE MI PUTA VIDA.

No, en realidad la única respuesta que das al final es "Creo que sí, mi vida; si no, lo volveré a arreglar".

11. Ropa blanca y de color: el engaño de la simplicidad.

La lavadora: ese gran desconocido. Y ella te hunde aún más en la mierda diciéndote "¿Pues no está ya bastante claro? ¡Blanco! y ¡de color!". Pero a ver, ¿no es el blanco un color? Y, si es el cesto de la ropa blanca, ¿por qué pones también los calcetines negros? ¿Y la ropa a rayas blancas y azules, dónde va? ¿Por qué los calzoncillos azul oscuro se meten en el de la ropa blanca? Y, especialmente, ¿por qué cuando preguntas a cuál de los dos cestos va una prenda, si blanco o de color, no mira la prenda sino la etiqueta? ¿Qué significado tienen para ella los extraños símbolos de las etiquetas de las camisetas, que tú no eres capaz de descifrar? Éste es ciertamente un mundo complicado, acerca del cual sólo podemos imaginar...


12. Teléfono: yo cotilleo, tú pagas.

Así es. ¿Por qué la factura siempre va a tu nombre? Si sólo usas el teléfono para llamar a Telepizza cuando ella no está. ¿Y ella? Ella vuelve del trabajo y se pone al teléfono... ¡con su compañera de oficina! ¿Lo entiendes tú? Es reconfortante, sobre todo, cuando estás en el sofá viendo la tele, ¿eh?, y llega ella, coge el inalámbrico y se pone a hablar a voz en grito a tu lado. ¡A tu lado! Y llegas, le das un toque en el brazo, y ella te suelta "¡¡¡Shhhhh!!!", y te espanta con la mano libre como a una mosca cojonera. ¡Y coge el mando y le quita el volumen! ¡A STALLONE! ¿Pero qué coño...?


Y hasta aquí el volumen 1. Próximamente...

...SERÁ EL TURNO DE ELLAS.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Conclusión:

Si no quieres vivir mal, no te vayas a vivir con ella, y punto.

macuoren dijo...

"Ése no, era otro..." / Plan alternativo / Te jodes y a tragar / ¡Cinco contra uno! x'DDDDDD

Que buenos estos tochacos de posts, me encantan

Unown dijo...

Tan reales como la vida misma :D

Zurdo dijo...

Pececito: sería aún peor sin ellas, te lo aseguro.

Pako: gracias ^_^.

PrrrK_03 dijo...

¡ENOOOORME! ¡PREMIO A LA ENTRADA DEL AÑO YA!

Brusete dijo...

Real y desgarrador a partes iguales, como las orcas despedazando foquitas en la orilla de la playa...

Hagas lo que hagas estas jodido, esa es la máxima, jejejeje.

Anónimo dijo...

Zurdo dijo...

Pececito: sería aún peor sin ellas, te lo aseguro.
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Entonces no os quejéis pijo xDD

Zurdo dijo...

¿Quién se queja?

Yo ilustro objetiva e imparcialmente.

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