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Tras despotricar contra la nueva entrega de los batmen de Nolan sin más conocimiento de causa que mi intuición ni más afán que el de enemistarme con ocho o nueve personas más, prometí a Ruf que vería "El caballero oscuro" y opinaría al modo humano, o sea, anteponiendo la realidad a mí.
Siempre he pensado que el auténtico espíritu Batman reside en las dos primeras películas. El Batman interpretado por Michael Keaton y dirigido por Tim Burton, con una Gotham espléndidamente comiquera, tal si fuera sacada de las mismas páginas de cualquier ejemplar susceptible de provocar un duelo de sables láser. Los juegos de luces y sombras, Jack Nicholson como Joker implacable preguntando acerca del diablo y de la luz de la luna, Kim Basinger dibujada y escenas tan memorables como, básicamente, todas.
Sin embargo, Christopher Nolan vuelve a sorprendernos. Ya ejecutó a batman en "Batman begins" con la misma maestría que Luis Cobos cualquier pieza clásica. En ella podíamos ver a Christian Bale luchando mano a mano con un montón de ninjas en las Montañas Perdidas de la Sabidurida Ancestral, y viviendo en una Gotham City que parecía Chicago con borrasca.
Y ahora vuelve. Vuelve con el mismo batman que vive en Chicago con borrasca, con una estética de videoclip en la cual se penaliza cualquier plano que dure más de dos segundos, con fanfarrias visuales que ocultan evidentísimos deslices de un guión epidérmico, con un puritanismo tan extremo que evita cualquier escena en la que pueda aparecer algo mínimamente desagradable y con algún que otro deus ex machina porque-yo-lo-valgo. Con una película, en definitiva, cuyo mayor atractivo reside en ver a Morgan Freeman con bigote.
¿Y el Joker? ¿No lo interpretaba el chico de nombre impronunciable que murió poco después? ¿Es mejor que Jack Nicholson? Id a verla. Un personaje bien interpretado, las cosas como son, pero más chato que Isabel II, sin pasado, presente ni futuro. Id a verla. Y luego veis Batman I y comparáis el histrionismo del Joker-Nicholson y el del Joker-Ledger, más tirando a Davy Jones sin tentáculos o al Jeffrey Goines de "Doce monos".
Y fin de la crítica. ¿A que me ha quedado totalmente caricaturesca, deformante y exagerada?
Es la misma pregunta que nos hace Christopher Nolan.
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